Los hijos de Juan Ibáñez Abad. Autor: Juan Ibáñez Abad. Yecla, 1895. De izquierda a derecha Juan, los niños Vicente y Asunción (sentados en el suelo), Pascual (de pie), Luis y Saleta. Positivo actual a partir de placa de cristal. (Archivo Vicente Ibáñez).
Para celebrar el primer año de vida del blog hemos elegido esta fotografía histórica. Varios motivos la hacen preciosa: su limpia factura, la armonía en la composición, y sobre todo su significado. No sólo es un retrato de grupo familiar, más bien es una oda al arte de la cámara, a la historia de una familia con sales de plata en las venas. Aquí está la tercera generación de la saga, todos profesionales de la fotografía. Solo faltarían los dos primos, Gabriel, el Fotico (hijo de Alejandro Ibáñez Abad) y Alfredo (hijo de Anastasio Ibáñez Abad), también fotógrafos.
La composición mediante sutiles líneas o diagonales cruzadas destaca un centro inaudito: un álbum fotográfico y una muñeca. Los hermanos alrededor de un centro vital y lúdico. Juan nos dice que la fotografía supone un núcleo y un nexo, una profesión y una pasión, un arte y una búsqueda a través de la investigación constante, pero hay una base que no se debe olvidar, la imaginación infantil, el juego, la ilusión.
Los hermanos se agrupan en hileras de tres, dos cadenas paralelas. Las miradas de Juan y Vicente lanzan una diagonal hacia la muñeca. Otra diagonal desciende desde la mirada de Pascual y se une a la de Asunción, para cruzarse con la anterior en el juguete de la niña. Por último, los ojos de Luis y Saleta fabrican una línea más externa que lleva al centro de la composición: ese álbum que se apoya en el atril. Por cierto, este atril interviene también en el estudiado juego de diagonales. Las columnas del foro ayudan a enmarcar la escena. La luz, que parece entrar por el falso ventanal del foro, y la sabia distribución de las tonalidades de vestidos y trajes contribuyen a crear esa armonía que recuerda a algunas obras pictóricas del primer Renacimiento.
Unos breves apuntes biográficos.
Los cinco mayores son Ibáñez Navarro, hijos de Juan y Margarita, mientras que la pequeña es Ibáñez Martínez, hija de Juan y Asunción, su segunda esposa. Faltan cinco hermanos que murieron demasiado pronto: Caridad, Rafael, Lola, Francisca y Eloísa Margarita.
Juan lee muy serio El correo español, es el mayor. Había nacido en Hellín, en 1871 (en la foto tiene unos 24 años). Desarrolló su labor fotográfica en Gandía hasta que murió muy anciano. Sus hijos y nietos también fueron fotógrafos. En este blog se darán pruebas fotográficas que pondrán en entredicho esa fingida seriedad.
Vicente, el niño que contempla ese pequeño álbum o libro, había nacido en Yecla en 1886 (9 años en la foto). Abrirá estudio en Cieza, Linares y finalmente en Madrid. Sus hijos y nietos también fueron fotógrafos (aún hoy lo siguen siendo).
Asunción, la niña que dialoga con su muñeca, nació en Yecla en 1891 (4 años en la foto). Tras colaborar en el estudio de su padre, se casará en 1914 con el fotógrafo Juan Giménez Torregrosa. Desconocemos si tuvo descendencia.
Pascual, el joven que está de pie, nació en Yecla en 1878 (17 años en la foto). Tuvo estudio propio en Yecla.
Luis, el de la barba florida, nació en Yecla en 1873 (22 años en la foto). Vivió sus años postreros en Madrid, pero su gabinete fotográfico y su escuela de pintura se ubicaron casi siempre en Yecla y en “Villa Margarita”.
Saleta, cuya mano descansa confiada en el hombro de Luis, había nacido en Yecla en 1876 (19 años en la foto). Colaboró en el estudio de su padre hasta que se casó en 1899 con un fotógrafo de otra conocida saga: Antonio Belda Alted. Desconocemos si tuvieron descendencia.
No es la primera vez que se muestra esta foto. Francisco Torres la publicó en su Crónica de un siglo de fotografía en España (1900-2000), edición financiada por Kodak, por tanto más publicitaria que otra cosa. Los hijos de Juan Ibáñez Abad aparecen en la página 80 de este libro acompañados del siguiente texto que me permito comentar entre corchetes:
La fotografía de grupo toma un carácter marcadamente pictoralista en esta fotografía de Ibáñez, padre del actual biógrafo [Error. Donde dice padre debería decir abuelo, ya que el biógrafo citado es Juan Ibáñez Villasclaras, hijo de Juan Ibáñez Navarro, quien lee muy serio El correo español y que es en realidad el hijo del autor de la foto, Juan Ibáñez Abad], tomada entre 1895 y 1900. La posición de los personajes de esta familia, la propia familia Ibáñez, intenta simular la composición del cuadro de Velázquez, “Las Meninas”. [Un poco forzado, ¿no?]. Se da la característica de que los grandes fotógrafos de la oleada pictoralista son en su mayoría expertos en las técnicas pigmentarias, introducidas en España a partir de 1900.
Me gusta esta fotografía porque hay detalles insólitos que nos hablan de los tiempos artesanales del retoque fotográfico, los dejo a la sagacidad del lector. Vicente la enmarcó y la colgó en su casa. La contemplo cuando lo visito..., me parece que los seis van a levantar la vista en cualquier momento y se van a echar a reír, oigo que la muñeca susurra: no soy un juguete de niñas, no entiendo por qué lo dicen.
Dedicado a Luna.
Digna entrada de un comienzo de año. Se aprecia el hábito de ver y comentar cualquier tipo de arte, pintura, poesía o fotografía. En el fondo todo viene a ser lo mismo. Y para quien sabe mirarlo es fácil encontrar las conexiones. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbu, gracias por tus generosas palabras, el truco está jugar, como hacían ellos.
ResponderEliminarYa puedo pasar a nivel avanzado. LA HEMOS VISTO EL VERANO PASADO.
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