Sobre una saga de fotógrafos: los Ibáñez.

sábado, 12 de marzo de 2011

Demasiado azul


Catalina Ibáñez Abad. Autor: Juan Ibáñez Abad. Hellín, hacia 1875. (Colección Remedios Gordaliza Moreno).

Por fin la encontramos: Catalina, su rostro en el tiempo. Ni la invasión de cólera morbo, ni siglo y medio de silencio han conseguido acabar con ella. Apoyada en el velador, mira fuera de campo hacia su derecha. Su gesto paciente, lánguido, irradia dulzura. La elegante toca contrasta con el estudiado descuido del cabello: un caracolillo rebelde con forma de corazón adorna la frente. Sus ojos negros brillan desde la inmensidad, enmarcados por sombras, maquillaje. Los pendientes y el vestido de gala indican lo especial de la ocasión. Si fuera el día de su propia boda con Juan Moreno López, en enero de 1875, Catalina tendría 24 años y un taladro en la mirada.

El logotipo del dorso indica que su hermano Juan ya se había establecido en Yecla, por lo que quizás la foto pueda ser un par de años posterior a 1875, pero no hay contradicción con el hecho de que la toma pudiera realizarse en Hellín. Según demuestra la correspondencia entre Juan y Margarita, por aquellos años el fotógrafo realizaba largas expediciones a los pueblos de la zona durante la primavera y el verano, y pasaba algunas temporadas en Hellín. Así que en los trabajos producidos fuera de Yecla, también utilizaría los cartones con la publicidad de su estudio de la calle Niño. Y desde luego que hubo más ocasiones para posar con ese vestido, recordemos las bodas de sus hermanos pequeños: Alejandro en 1876 (con Laure) y Anastasio en 1881 (con Filo).

Catalina Ibáñez Abad (Jumilla, 1852 – Hellín, 1885), es una de la primeras fotógrafas profesionales de España, y casi seguro la primera en la región. Empezaría a trabajar en el estudio hellinero de su padre a finales de los años 60. Y no sólo se dedicaría a retocar cristales y a preparar materiales y posados, sino que también intervendría en la captura de imágenes. Su importancia queda reflejada en el logotipo que hallamos en el Museo Comarcal de Hellín y que ya publicamos en este blog. Esa “hija” del sello es ella, Catalina, y esta deferencia que tiene su padre resultaba poco habitual en la sociedad machista de la época. ¿Cuántas mujeres trabajadoras y creativas siguen hoy secuestradas en ese vergonzoso anonimato? Esta semana pasada se ha celebrado el día de la mujer, un día que debería celebrarse a diario con nombres y apellidos.


J. Ibáñez e hija. Fotógrafos.

Había llegado a Hellín con ocho o diez años..., aprendió de su padre los secretos de la luz marcada en el colodión y el rasgueo de la guitarra. Con su hermano Alejandro daba unos conciertos a dúo que animaban a los muertos. Y además de su alegría juvenil tenía un don especial para embellecer a los retratados. Se casó con un personaje de Hellín, un carpintero tuerto que luego se hizo maestro de instrucción primaria y les decía a sus alumnos cosas como poco garlar y mucho guiñar. Cuando empezó la invasión, sus niños le preguntaban por qué se le ponía la piel de ese color azulado y ella sin perder el humor les decía entre temblores que era una princesa y ellos sus principitos. Llorando como un cíclope, Juan le prometió que cuidaría de los hijos, no imaginaba que él también sería devorado por el cólera y moriría apenas cinco días después que Catalina. Ambos vivieron 33 años. Entonces quedaron solos tres hermanos: Juan Antonio (diez años), José (tres años) y Amparito, (seis meses de edad). Pero el cólera no había saciado aún su hambre y quiso llevarse a la pequeña, que murió tres días después que su padre. Sobrevivieron, pues, los dos chavales.

El pequeño, José, será el padre del famoso guitarrista David Moreno, y el abuelo de los artistas de Cuernavaca, conexión realizada gracias a la prodigiosa memoria de Lola Morales. El mayor, Juan Antonio, se había esfumado. Únicamente teníamos su partida de matrimonio de 1900 en la que se decía que era sastre y que se casaba con Ángeles Aurelia Furio.

¿Cómo encontramos a los descendientes de Juan Antonio y la foto de su madre Catalina?

1. Tecleo en el buscador de google los apellidos Moreno Furio. Un solo documento: Memoria de los manzanareños muertos en los frentes de combate durante la Guerra Civil (1936-1939), por Antonio Bermúdez García-Moreno. En la entrada 158 aparece MORENO FURIO, Antonio, de la 68 Brigada Mixta. Hijo de Juan Antonio y Aurelia. Nació el 6 de febrero de 1911. Quinta de 1932. Vivió en calle Toledo, 13. Comerciante. Oficio 69 de 20 enero 1939, (Libro Registro de Entradas de documentos), remitiendo certificado básico para su entrega a Antonio Moreno (nuestro Juan Antonio), padre del soldado desaparecido Antonio Moreno Furio. Desaparecido en el frente de Teruel el 10 de marzo de 1937, según anotación manuscrita en el Acta de Clasificación del Expediente General de las Operaciones de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 1932. Archivo Municipal de Manzanares. [Juan Antonio tuvo que ser fuerte. Siendo niño, vio morir a sus padres y a una hermanita. Ahora le notificaban que su hijo había caído en combate].

2. En el listín telefónico de Manzanares (Ciudad Real) hay un total de 23 referencias para el apellido Moreno. Llamo a todos pero no hay suerte. En uno de los números sale un niño que tras escuchar mi relato empieza a gritar: ¡papá, que llaman del diario de Patricia! Cuando se pone papá, le aclaro que no sé quién es Patricia y repito una vez más el motivo de mi llamada. Siente mucho no poder ayudarme, me dice.

3. Llamo a Hellín, a mi oráculo Lola Morales para preguntarle si le suena de algo que pudiera haber algún Moreno, familiar suyo, en la localidad de Manzanares. Sí, sí, sí, claro que sí, cómo no me había acordado antes, estuve en la boda de una prima en Madrid, y allí conocí a Luis Moreno y a su mujer, y vivían en Manzanares. Me acuerdo de que cuidaban a un sobrino. Ellos no tuvieron hijos. [Vale, aunque no tuvieron hijos, había sobrinos, así que podría haber descendencia en Manzanares].

4. Llamo al registro municipal del cementerio de Manzanares. Me atiende Carmen, que toma nota de los pocos datos de que dispongo y promete escribirme si encontrara algo. Efectivamente me contesta al cabo de un par de días: Aurelia Furio falleció en 1943, a los 62 años de edad. Su marido, Juan Antonio Moreno Ibáñez falleció en 1948, a los 71. Además de los mencionados Antonio y Luis, tuvieron otro hijo llamado Juan que murió en 1936, a los 31 años. [Corregimos pues, Juan Antonio tuvo que ser fuerte. Siendo niño, vio morir a sus padres y a una hermanita. Durante la Guerra Civil perdió a dos hijos, Juan y Antonio, este último había caído en combate. Por si fuera poco, también enterró a su mujer al poco de acabar la guerra].

5. Pienso que tal vez los hermanos Moreno Furio (Juan, Antonio y Luis) podrían haber tenido una hermana y que quizá el apellido Moreno haya quedado relegado al segundo lugar. Habría que buscar otra vez en Manzanares a quienes lleven Moreno como segundo apellido. Una corazonada: Luis cuidaría de un sobrino que sería su ahijado y que podría llamarse como él. Tecleo Manzanares, Luis y Moreno como segundo apellido. Aparece un total de UNA referencia. Luis Gordaliza Moreno. Llamo. Como una letanía memorizada, empiezo a recitar mi historia. Enseguida me corta: son mis padres y mis abuelos. Hablamos un buen rato, me cuenta anécdotas del guitarrista David Moreno, yo le cuento que sus hijos viven en Cuernavaca, México, procurando que no se note que estoy llorando. Me proporciona el teléfono de su hermana Remedios, ya que ella es quien más tiempo vivió con su madre, Candelaria Moreno Furio, y quien conserva el álbum familiar. Ella tiene fotos de Catalina y de su marido, que era tuerto.

Y 6. Remedios, biznieta de Catalina, es una mujer encantadora. Hemos llegado a puerto.

Un niño de diez años llorando junto a la cama en la que yace su madre demasiado azul, demasiado azul, demasiado azul... Ella lo consuela con caricias y mimos. No te preocupes amor mío, mañana estaré mejor, toma, te regalo la foto que me hizo el tío Juan, para que me veas más guapa. El chico guardó aquella fotografía toda su vida para que ahora la puedas ver tú.

Gracias a Elena Medel por su poema cian y a la detective Carmen López por su inestimable colaboración desde Manzanares.

Dedicado a Aurelia, Luis, Julio y Remedios.

7 comentarios:

  1. WOW, CADA DIA ME SORPRENDES MAS... TE QUEREMOS

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  2. Alejandra qué bien tenerte por aquí.
    Pues imagina lo que puede sorprender una artista de 3.000 canciones y 3.000 cuadros al óleo!!

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  3. Hoy me han dado escalofríos. Enhorabuena por esta labor poético-investigadora. Belenice

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  4. Hola soy Jorge Ibáñez, descendiente directo de Juan María Ibáñez, por favor me podéis enviar un teléfono donde poder contactaros, estoy seguro de poder ofreceros amplia información que seguro será de vuestro interés. Gracias.

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  5. ¡Hola Jorge!Me alegra saber que eres hijo de Juan María Ibáñez Villasclaras,aunque no nos conocemos,te diré que nuestros padres fueron muy amigos.Se conocieron en Linares(Jaén),donde tu abuelo se estableció,y después en Madrid continuaron su amistad.Tengo fotos de mi padre realizadas por el tuyo en el estudio de la calle Montera(1934).Te agradecería que aportaras información de la etapa en la que vivieron y trabajaron en mi ciudad. esta interesante familia.Gracias,una linarense.

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